Muchos coinciden en que fueron los Campeonatos del Mundo de
ciclismo en ruta más duros de la historia y el resultado final de los mismos
parece dar la razón a quienes lo afirman. Nos situamos en 1980 en la localidad
francesa de Sallanches en pleno corazón de la Alta Saboya alpina donde el 31 de
agosto del citado año iba a disputarse la prueba en línea de los mundiales de
ciclismo en carretera. Las primeras impresiones y reconocimientos de los
distintos corredores dejaban claro que era prácticamente un recorrido de
montaña en el que las veinte subidas a la complicada cota de Domency iban no
solo a decidir la carrera sino a hacerla pedazos literalmente. El propio Juan Fernández,
uno de los pilares básicos de la selección española de la época, declaraba tras
sufrirlo en sus carnes días previos a la prueba que difícilmente acabarían muchos
corredores ya que apenas había descanso en el exigente trazado francés, el “circuito
de la muerte” fue el nombre que más se escuchaba en esos días.
El favorito número uno a la victoria era el indiscutible
dominador del ciclismo en aquellos tiempos, el francés Bernard Hinault, dado
que el recorrido por su dureza le venía como anillo al dedo. El “caimán”
llegaba al final de temporada con la espina clavada de haber abandonado en el
Tour de Francia tras una lesión y con la motivación de correr en casa ante un público
entregado. Como principales rivales del bretón a conquistar el preciado maillot
arco iris podíamos citar al belga Pollentier, el transalpino Baronchelli o al
escoces Robert Millar sin dejar de lado otros posibles contendientes como el
granadino Juan Fernández e incluso al mítico Roger de Vlaeminck.
Pero los pronósticos se iban cumpliendo según iban avanzando
los kilómetros y Bernard Hinault iba seleccionando con fuertes cambios de ritmo
las primeras posiciones y dejaba a 12 vueltas para el final, algo casi
imposible en el ciclismo actual, prácticamente sentenciada la carrera con el
italiano Baronchelli como único contrincante que a duras penas podía seguir la
rueda del potente corredor francés. Como anécdota destacar que el propio
Bernard Hinault se acerco al coche del mítico seleccionador italiano Alfredo
Martini para pedir la colaboración de Baronchelli en la escapada, pero el
corredor de la azzurra poco podía hacer ante el empuje y la fuerza de un
Hinault incontestable aquel día en Sallanches. A falta de una vuelta para el
final, en plena subida a la Cota de Domency, el corredor francés asestaba el
golpe letal que condenaba a Baronchelli a la plata y ponía tierra de por medio
para conseguir el Campeonato del Mundo tras una inenarrable hazaña que solo los
grandes de la historia de este deporte como el “Caimán” Bernard Hinault han
podido firmar. En el sprint final por el bronce Juan Fernández se imponía a un
reducido grupo entre los quince supervivientes de este terrible circuito alpino.
Fuente: "Historias del Arco Iris" J.Carlos Molero
No hay comentarios:
Publicar un comentario