Este lugar, el cual considero de obligada visita a todos los
amantes del ciclismo en particular a los que nos vuelven locos las clásicas,
alberga un recorrido por todas la épocas de la carrera de los muros
adoquinados, pasando por los grandes corredores que han dado prestigio a la
carrera, además de por el recorrido y sus principales características que han
hecho de esta prueba algo único a nivel mundial y que en Bélgica ,y en especial
en la región de Flandes, se conserva como parte de su patrimonio histórico.
Para que nos hagamos una idea el Tour de Flandes por esa zona vendría a ser lo
equivalente mediáticamente hablando de un clásico en nuestra liga de
futbol.
También podemos emular a los corredores en uno de los muros de De Ronde en el simulador
que hay en una de las salas del museo, así como formar parte de la historia de
la carrera subiendo al pódium de la misma como vencedor. Finalmente
encontraremos la tienda donde encontrar todo tipo de recuerdos de la carrera
del ciclismo en general (Maillots, bidones, gorras, libros...)
Y para acabar qué mejor que refrescarnos con una magnifica cerveza
belga (para mí las mejores del mundo sin duda) en la brasserie que hay en la salida del museo,
donde además de poder beber y comer platos, la mayoría de ellos con nombres
relacionados con el ciclismo, podremos ver la decoración temática de
bidones y maillots de todos los tiempos, habiendo autenticas joyas
Así que lo dicho, si vais por Bélgica y por la zona de Flandes, no
os perdáis este autentico templo para los aficionados al deporte de las dos
ruedas y a esa espectacular y preciosa carrera que es el Tour De Flandes
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