En pleno mes de julio de 1998, una tormenta recorría la
Francia ciclista, para ser exactos esa
tormenta se cernía sobre todo el mundo del ciclismo en general. Fue el Tour del
tristemente famoso “Caso Festina” y gran parte de la atención mediática estaba
en las andanzas de médicos, policías, registros y demás chascarrillos alejados
totalmente de la batalla deportiva.
Otra tormenta, esta de las de verdad, de agua, relámpagos y
truenos, asomaba el cielo alpino en la mañana del 27 de Julio en la salida de
Grenoble. Esta etapa llevaría a los corredores desde esta ciudad a la estación
invernal de Les Deux Alpes. Por medio tendrían que atravesar ni más ni menos
que el puerto de la Croix de Fer , el Galibier por la parte del Telegraphe y la
ascensión final a Les Deux Alpes. Desde
el principio de la etapa se sucedieron diversos ataques en lo que se esperaba como la etapa más dura de aquella edición de
la ronda francesa. Después de pasar la Croix de Fer y al iniciar la larguísima
ascensión al Galibier el pelotón estaba totalmente roto. A pesar de la incesante
lluvia y el mal tiempo, largas filas de aficionados se agolpaban con sus
chubasqueros a lo largo de toda la subida al gigante alpino. El líder Jan Ullrich
se quedaba sin compañeros de equipo en esta subida y como era de esperar no
podía responder a todos los ataques . La cara del corredor germano lo decía todo, iba a ser
un día muy largo. Boogerd, Escartin, Jiménez, Leblanc… todo el mundo se movía
en la parte delantera para castigo de Ullrich. Pero lo que la gente esperaba es el momento de un
ataque en concreto, ese era sin duda el de Marco Pantani. El “pirata” espero el
instante exacto, observo el mal momento por el que pasaba el líder alemán y se
fue a la conquista del Galibier, y por supuesto a la conquista del Tour. Un
ataque fuerte al que solo pudo responder a duras penas el francés Leblanc pero
que poco a poco fue haciendo camino entre la lluvia que asolaba el territorio
alpino llevándose por delante a todo oponente, en solitario como los grandes
“un uomo in fuga” como decían de su compatriota Fausto Coppi muchos años antes.
Un hombre en su lucha contra si mismo, con la montaña como aliada, esa montaña
que tanto le dio durante toda su vida y que el amaba como suya propia. Su gran
sueño el de ser el más grande en las cumbres se estaba haciendo realidad, ya lo
hizo meses antes cuando gano con una autoridad indudable el Giro de Italia.
Corono la cima del Col du Galibier con casi 3 minutos de ventaja, lo que le
acercaba al maillot amarillo virtual de forma imparable. El alemán Ullrich
seguía hundido, derrotado y viendo como se le escapaba el que podía ser su
segundo Tour de Francia, lo que se presumía como años de dominación del
corredor de Rostock fueron frenados de golpe por el ataque de un loco de las
montañas, de un corredor a la vieja usanza de los que tanto se echan de menos
en el ciclismo en la actualidad. El peligroso y larguísimo descenso del gigante
Galibier seguía con el tiempo a favor para Pantani, que por el camino encontró
a algunos aliados como el añorado Chava Jiménez, otro escalador de otra época.
Comienza la subida final a Les Deux Alpes, Marco Pantani se dirige como si de
una moto se tratara a la victoria de etapa en la cima de la estación alpina.
Con su alegre movimiento encima de la bicicleta avanza a pasos agigantados por
la curvas de la ascensión final, con los tiffosi italianos desplazados hasta
Francia vibrando en cada pedalada del Pirata. Bailando bajo la lluvia encima de
su bici, aprovechando cada metro para sacar más ventaja sobre sus rivales, entra
finalmente vencedor en la línea de meta, el corredor de Cesenatico se enfunda
el preciado maillot amarillo por primera vez en su carrera deportiva, por
detrás un reguero de corredores, destrozados, derrotados ante el vendaval. Pero
por encima de todos uno de ellos, el alemán Jan Ullrich que llego a meta a casi
9 minutos del vencedor, en el que probablemente fue su peor día encima de una
bici como profesional. Días después Marco Pantani se convertiría en ganador del
controvertido Tour de 1998, el ultimo corredor hasta la fecha en hacer el
doblete Giro-Tour. Una etapa de leyenda con un vencedor de leyenda.
Febrero de 2004, de una clínica de Rimini en la costa
adriática nos llegaba una noticia que helaría el corazón de todos los amantes
del ciclismo. Marco Pantani había fallecido. Después de unos años duros con
continuas recaídas, con graves problemas personales nos dejaba el mejor
escalador de los tiempos modernos. Se fue en silencio, en solitario, como
siempre en fuga, dejando a sus amigas las montañas teñidas de un negro que
hasta ahora no han conseguido quitarse. Sirvan estas líneas de homenaje, hoy
que se cumplen 9 años de su fallecimiento.
Espectacular pintura del momento del ataque en el Galibier
("Camino de la gloria"©Cristina Flores)
Monumento a la memoria de Marco en plena subida al Col du Galibier
Hola Alberto!, soy Cristina la amiga de Sonia!. En primer lugar felicitarte por este pedazo de blog que a partir de ahora prometo visitar de vez en cuando!!.
ResponderEliminarHe leído la crónica de arriba y me parece alucinante!!. Escribes muy, pero que muy bien!!, felicidades de nuevo!!. No soy muy aficionada a este deporte pero una cosa está clara,es el deporte más duro y menos valorado que hay.
En cuanto a Pantani, he visto el video de la subida y fue espectacular!, qué velocidad!, qué derroche de energía y valentía!!.
Enhorabuena por todo!!!!!.