sábado, 30 de marzo de 2013

De Ronde, La pasion de un pueblo



Si existe un lugar donde se vive el ciclismo de una forma especial (con permiso de los vascos) ese sitio es Flandes. Con el Tour de Flandes llega la explosión final de jubilo de lo que han sido casi dos semanas de jornadas de alto nivel en el deporte de las dos ruedas.


Tanto la organización, encabezada por Flanders Classics que engloba a las principales pruebas ciclistas flamencas, como las autoridades ponen todos los medios a su alcance para facilitar en todo lo posible a los aficionados una magnifica jornada de ciclismo y poder vivir en directo lo que para ellos es mas que una prueba deportiva.

Para ello, en los puntos calientes de la carrera, se dispondrá de todo tipo de servicios para los incondicionales de la bicicleta. En la zona de Kluisbergen próxima a las dos subidas que se antojan decisivas en esta edición, Paterberg y Oude Kwaremont se situaran pantallas gigantes, aparcamientos y restaurantes para que no falte de nada, al igual que en los alrededores de Oudenaarde y Ronse.

También se pondrá en funcionamiento un servicio especial de autobuses que unirá los pasos mas importantes de la carrera, dando así a los espectadores la posibilidad de ver mas de un paso de los corredores, no nos olvidemos que la prueba transcurre en un área muy concentrada de la región de Flandes y las distancias son mínimas.


Otra acertada decisión de los organizadores de De Ronde, es la instalación de tribunas especificas para las personas con minusvalías y movilidad reducida tanto en la salida en la plaza mayor de Brujas como en los alrededores del Oude Kwaremont, cualquier cosa por hacer llegar a todos los públicos un acontecimiento de esta importante magnitud en el territorio flamenco.

Todo esto nos da una idea del ambiente que se respira en las horas anteriores a la carrera, con aficionados que provienen de muy diversos puntos de Europa para ver en acción a los gigantes del adoquín. Se estima que se dan cita en las cunetas entre 500000 y 800000 personas a lo largo de todo el recorrido.



                                         Monumento a la bici en Brakel, hogar del mitico
                             Peter Van Petegem y paso habitual del Tour de Flandes


                      Asi se celebra un triunfo en De Ronde del idolo local, Tom Boonen

                  
                                         Emotivo video promocional del Tour de Flandes






miércoles, 27 de marzo de 2013

Les Amis de Paris-Roubaix. Los angeles en el infierno



Todo gran monumento cada cierto tiempo debe ser restaurado para que el paso del mismo y otros factores como las condiciones climatológicas o la propia mano del hombre no destruyan o alteren su esplendor y belleza. Esto es lo que ocurre con los tramos adoquinados de la Paris-Roubaix, el “Infierno del norte”, la reina de las clásicas. Este grandioso monumento en este caso ciclista, es sin lugar a dudas patrimonio de la historia del deporte.


Este infierno del norte (denominado así por un periodista de L’Auto en 1919 tras ver esas rutas devastadas por la guerra) también tiene sus propios ángeles.  Son la asociación Amis de Paris-Roubaix que se encargan de la conservación y cuidado de los sectores adoquinados por los que transcurre la legendaria prueba.

 
Albert Bouet periodista especializado en ciclismo del diario L’Equipe, a petición del director en aquel entonces del Tour de Francia y las carreras organizadas por su asociación, llevaría a  cabo junto al célebre Jean Stablinsky el descubrimiento del sector más conocido y espectacular de la carrera, el temible bosque de Arenmberg, que pasaría por primera vez la Roubaix en el año 1968.
En este punto es cuando se llama la atención del deterioro de los distintos sectores que componen la Paris-Roubaix, los cuales deben cambiarse, ponerse o quitarse del recorrido cada año, sobretodo en año electoral  y viéndose amenazados por la creciente urbanización de la zona, lo que hace temer la pérdida irreparable de estos legendarios trazados.





Es en 1982 cuando en una exposición fotográfica en la casa regional de la región du Nord- Pas De Calais en Paris, Jean Marie Leblanc, uno de los históricos directores del Tour de Francia, presenta un libro sobre “Les Pavés du Nord”, donde  se germinaría la idea de lo que será la asociación de Les Amis de Paris-Roubaix, que en el año 1983 de la mano de Jean Claude Vallaeys comenzaría su andadura hasta nuestros días.





Su labor fundamental es la limpieza de los tramos tras el duro paso del invierno en el norte de Francia, para que el segundo domingo de abril podamos disfrutar en todo su esplendor y sin riesgo alguno para los protagonistas, de uno de los mayores espectáculos deportivos que se dan sobre la tierra, la Paris-Roubaix.




domingo, 10 de marzo de 2013

Briek Schotte "El ultimo flamenco"


Ahora que nos acercamos al tiempo de las grandes clásicas, con sus muros y sus adoquines, hablaremos de una leyenda por esas tierras de Flandes, Briek Schotte.


Alberic “Briek” Schotte nacía en 1919 en la pequeña localidad de Kanegem, en Flandes Oeste. Conocido como el “hombre de hierro” Schotte es un fiel ejemplo del luchador flamenco, hombre rudo por excelencia. Según su propio testimonio era capaz de comerse para desayunar un bistec, dos huevos, pan untado con mantequilla y un café para rematar, incluso llevaba carne en su propia maleta cuando iba a disputar las carreras; ”comíamos bistec hasta caernos de cansancio, vivía en la región de los mataderos clandestinos y podía aprovisionarme fácilmente…”




Consiguió la victoria en los Tour de Flandes de 1942 y 1948 pero a pesar de sus múltiples intentos nunca llego a hacerse con el anhelado triplete de De ronde. Durante su carrera fue capaz de diversas hazañas ciclistas como proclamarse en dos ocasiones campeón del mundo en ruta o clásicas tan prestigiosas como la Gante-Wevelgen o la Paris-Tours, además de quedar en segunda posición en el mítico Tour de Francia de 1948 detrás de Gino Bartali.






El Tour de Flandes de 1950 fue en su propia opinión el mejor que corrió en su larga trayectoria por el adoquinado. Fue una edición marcada por unas terribles condiciones meteorológicas, con lluvia, nieve, granizo y un agresivo viento que dejo totalmente destrozados a los pocos valientes que aguantaron encima de la bici en esa dura jornada por los muros flamencos. Era su onceavo Tour de Flandes consecutivo de los 20 en los que participo el duro ciclista belga. Schotte marchaba en cabeza junto a Fiorenzo Magni , el conocido como “León de Flandes”, Van Est y Mahe cuando la mala suerte se cebo con él.

 Un desafortunado pinchazo le hizo perder la cabeza de carrera. Entre lo que hicieron sus congelados dedos y la ayuda de un espectador pudo reparar este percance en su rueda y lanzarse a tumba abierta para alcanzar a los tres hombres fugados. En ese momento perdía casi 5 minutos con ellos. Después de una persecución a muerte por los helados pavés de la travesía, entre ellos el célebre Kapelmuur o Muro de Grammont que se ascendía en esa edición por primera vez, consigue atrapar a dos de los escapados pero no pudo con Magni que con dos minutos de ventaja se hacía con la segunda de sus tres victorias en De Ronde . Esta proeza dice mucho del tesón y valentía que atesoraba este terco rodador flamenco.


Como anécdota destacar que falleció el día 4 de abril del año 2004, día en que se disputaba el Tour de Flandes esa temporada, un hombre unido a una carrera eternamente, como dijeron aquel día los comentaristas de la televisión belga “Dios debe ser uno de los grandes seguidores de Briek Schotte”


Monumento en homenaje a Briek Schotte en su localidad natal, Kanegem