martes, 16 de diciembre de 2014

Täve Schur: Leyenda del ciclismo del Este

En estos momentos en los que se conmemora un aniversario más de la caída del Muro de Berlín, sin entrar a valorar temas estrictamente políticos pongamos la mirada en la extinta Republica Democrática Alemana en la cual también hubo deporte y deportistas, y en donde el ciclismo fue una de las disciplinas más populares para aquel pequeño país del este de Europa. Una de sus estrellas de la bicicleta fue Gustav-Adolf Schur, más conocido con la abreviatura de Täve.

Nacido en febrero de 1931 en la localidad de Heyrothsberge , muy cerca de Magdeburgo, aprendió a ganarse la vida de mecánico o soldador en años muy complicados para el devenir de su país, pero encontró en la bicicleta su válvula de escape y pronto empezó a competir en las filas del  Aufbau Börde club de Magdeburgo demostrando su enorme talento que le llevo a destacar por encima de los demás en la Rund Um Berlin, una prestigiosa carrera de la época en la zona del este que consiguió vencer en su primer año entre corredores de cierto nivel, y ya en 1952 disputa la primera carrera fuera de su país, concretamente en Polonia. Los éxitos seguían llegando con victorias en el Tour de Alemania del Este (una prueba en la que vencería en hasta 4 ocasiones) y el Campeonato Nacional, y su popularidad iba en aumento en una nación que convertía en héroes a sus grandes deportistas, que enarbolaban la bandera de su país por el resto del mundo, no obstante Schur fue votado durante nueve años consecutivos como el deportista del año en la RDA. También se convirtió en una autentica leyenda en los países de la Europa socialista, triunfando en diversas pruebas en la parte este del continente como Rumania, Polonia o Checoslovaquia. En 1955 se corona venciendo en la Carrera de la Paz, probablemente la prueba de mayor prestigio en aquellos territorios y que discurría entre Praga, Berlin Y Varsovia, algunos incluso no dudaron en calificarla como un Tour de Francia del otro lado del denominado Telón de Acero, para finalmente desaparecer en el año 2006 después de unos años transitando por las carreteras de la Republica Checa.




Una temporada después pasa a formar parte del Sportclub Deutsche Hochschule für Körperkultur de la ciudad de Leipzig, una importante institución que contaba con los mejores medios al alcance de los deportistas en aquel entonces. El ciclista de Heyrothsberge no iba a abandonar este equipo hasta el final de su carrera deportiva. En los Juegos Olímpicos también tuve Schur su hueco entre los grandes, representando a un equipo de ciclismo en carretera de la Alemania Unificada durante la olimpiada de Melbourne ’56, donde se hacen con la medalla de bronce, y en la prueba contra el crono por equipos de 1960 en Roma, esta vez sí con la selección de Alemania del Este, con una formidable medalla de plata por detrás del combinado italiano. Entre medias de estos éxitos olímpicos, Täve vence en dos años consecutivos (58,59), los Campeonatos del Mundo amateur, siendo el primer alemán en conseguirlo, por delante de los mejores corredores del mundo en esa categoría. Por unanimidad fue elegido el mejor deportista de todos los tiempos de la desaparecida Republica Democrática Alemana.


                                            Foto de Schur en el area dedicada al deporte
                                              del actual Museo de la RDA en Berlin


Tal fue la repercusión de sus triunfos, que aparte de su carrera deportiva, también estuvo muy activo dentro de la vida política de su país, formando parte del Partido Socialista Alemán (SED) dentro de la Volkskammer  (cámara popular parlamentaria) y posteriormente con la reunificación del país germano también presente hasta el año 2002 en el Bundestag con el nuevo Partido Socialista (PDS).

lunes, 23 de junio de 2014

HUBO DIAS MEJORES PARA UNA PRUEBA HISTORICA

Este fin de semana se disputan en Ponferrada, y como prueba para el circuito mundialista, los Campeonatos de España de ciclismo en carretera. La prueba en ruta sigue en plena caída de participación y de prestigio pero hubo tiempos muy diferentes en esta prueba

Hablar del campeonato nacional de ciclismo en ruta en países de amplia tradición ciclista como Italia o Francia, es hablar de una de las pruebas más importantes que se disputan en sus fronteras, tanto es así que en ella se suelen dar cita prácticamente todos los grandes corredores de esos países para disputar la victoria. El campeonato español sin embargo no puede decir lo mismo en la actualidad y suelen ser segundos espadas, con todo el respeto del mundo, los que se juegan el triunfo. A los ya de por si complicados problemas de organización, con la sede de la prueba en el aire hasta muy pocas semanas antes del evento o la ausencia de televisión en directo lo que convierte en mínima la repercusión de la prueba, se une la no presencia de las principales estrellas del pelotón nacional dejando esta histórica competición herida de muerte.
Afortunadamente no siempre ha sido así en los campeonatos nacionales, hubo tiempos en los que los grandes ciclistas españoles se batían el cobre para conseguir la victoria en la prueba en ruta. Ya en las ediciones de 1908 y 1909 el bilbaíno Vicente Blanco “el cojo”, según los historiadores de ciclismo primer ciclista español en correr el Tour de Francia, se hacía con la victoria en los nacionales disputados en Gijón y Valencia respectivamente. En los años treinta iba a aparecer una de las grandes figuras de estos campeonatos y del ciclismo nacional de todos los tiempos, el navarro Mariano Cañardo. El ciclista de Olite venció en cuatro ocasiones la prueba además de ocupar el podio en otras cinco ocasiones y sigue siendo el corredor con más campeonatos de España hasta la fecha. Julián Berrendero o Bernardo Ruiz fueron en épocas de la postguerra los grandes protagonistas en cuanto al ciclismo en nuestras fronteras se refiere y por lo tanto también en los nacionales que vencieron en tres ocasiones respectivamente.
                                                                                                         
                                                                                                                             Vicente Blanco

Federico Martin Bahamontes, el “Águila de Toledo” vencedor del Tour de Francia de 1959 es otro de los ilustres que adornan el palmarés de esta centenaria prueba en su particular duelo con el bilbaíno Jesús Loroño a finales de los años cincuenta y que contaba con gran repercusión mediática. El gran Luis Ocaña, una de las figuras deportivas más relevantes del país y uno de los pocos que puso en jaque la tiranía del “caníbal” Eddy Merckx, cuenta con dos triunfos en los nacionales en las ediciones de 1968 y 1972 siendo esta ultima una de las grandes exhibiciones del conquense llegando a la meta de Segovia con más de dos minutos de ventaja sobre el resignado pelotón.

Alejandro Valverde vencedor en 2008

Más recientemente en la época de los noventa, particularmente la edición de 1992 disputada en Oviedo tuvo como vencedor al gran dominador del ciclismo en aquellos tiempos, el también navarro como Cañardo, Miguel Induráin. Figura indiscutible en la historia del deporte en nuestro país venciendo cinco Tour de Francia y dos Giros de Italia, el corredor de Banesto no solo cuenta con dicha victoria como referencia en los Campeonatos Nacionales, además obtuvo dos podios mas en esta prueba, eran años de esplendor del ciclismo en nuestro país. Años después Abraham Olano o José María “ChabaJiménez dieron brillo al cuadro de honor de esta carrera que en los últimos años ha visto reducida la participación y la implicación  de las grandes figuras con excepciones como las de Joaquim Rodríguez en 2007 en Cuenca o Alejandro Valverde vencedor en Talavera en 2008.                                                                                                                                         
                                                                                            Luis Ocaña con el maillot de campeon                                                                                                     nacional junto a Merckx
                                                                                        

Además, la escasez de equipos españoles hace del campeonato nacional un coto de caza privado para la estructura de Eusebio Unzue (Caisse d Epargne, Movistar) que monopoliza las victorias en las últimas ediciones al contar, con mucha diferencia, con más efectivos que cualquier otro conjunto.

jueves, 3 de abril de 2014

JOHAN MUSEEUW: UN LEON DE FLANDES

Es tiempo de clásicas,  tiempo de esas legendarias travesías por el norte de Europa sorteando baches y adoquines por carreteras en las que apenas cabe un coche, tiempo de echarse a las cunetas cerveza en mano para ver pasar a los gigantes del mundo ciclista con sus maquinas, esos gigantes ahora en boca de todos en las horas previas a las carreras más importantes: los Boonen, Cancellara, Sagan…nos van a brindar a buen seguro varias emocionantes tardes de domingo. De algunas de esas inolvidables tardes siempre habrá un recuerdo para uno de los grandes en la historia de estas carreras de un día, el León de Flandes (con permiso de  Fiorenzo Magni) Johan Museeuw.

Este mito del ciclismo belga y mundial estuvo 16 largas temporadas en la elite pasando de ser un sprinter puntero en las llegadas de las grandes vueltas a ser uno de los clasicomanos más laureados de todos los tiempos. Sus inicios fueron como gregario de Eddy Planckaert en el AD Renting y posteriormente el ciclista de Varsenare corrió en las filas del conjunto Lotto hasta que en 1995 después de pasar por el GB (germen del posterior equipo italo-belga) iba a pasar a la potente estructura Mapei (luego Domo y Quick Step), escuadra que iba a gozar de un insultante dominio en las clásicas de la década de los noventa. Esa hegemonía era tal, que en la temporada 1996 se presentaron en solitario en el velódromo de Roubaix tres corredores con maillot de Mapei los cuales tuvieron que repartirse la victoria en el Infierno del Norte a gusto del patrón del equipo Giorgio Squinzi, que dispuso como ganador a Johan Museeuw por delante de los italianos Bortolami y Tafi. Era la primera Roubaix de un Museeuw que ya gozaba en su palmarés con dos Tours de Flandes, conseguidos de forma magistral en las temporadas 1993 y 1995, ya con la dirección de Patrick Lefevre su mentor para afrontar las clásicas primaverales.

Uno de los momentos determinantes de su prolongada carrera profesional ocurrió en la temporada de 1998, el implacable rodador belga venia de conseguir su tercer Tour de Flandes, por delante de Zanini y del también belga Andrei Tchimil, lo que le ascendía a la categoría de leyenda del ciclismo de ese país y de todos los tiempos, convirtiéndose en el león de Flandes del ciclismo moderno. Una semana después se disputaba como es costumbre la reina del adoquín, la Paris-Roubaix, con Museeuw como gran aspirante a conseguir el mágico doblete Flandes-Roubaix. En el clásico terreno embarrado entre Compiegne y Roubaix por las empadradas calzadas del norte francés transcurría la carrera a la espera de la llegada a uno de sus puntos culminantes, el temible Bosque de Arenberg o tramo de Wallers, uno de los pasos de adoquín catalogado con cinco estrellas de dificultad. La mala suerte se iba a cebar con el corredor flamenco, que iba a dar con una de sus rodillas en el empedrado suelo del terrible Foret d’ Arenberg provocando la rotura del hueso y por supuesto el abandono de la prueba. Durante los días posteriores una infección hizo temer por la pierna de Museeuw, se hablaba de amputación de la misma y su consecuente retirada del ciclismo profesional, una retirada por la puerta de atrás nada merecida para el belga. Milagrosamente no hubo amputación y Johan Museeuw pudo volver a las carreteras a demostrar su talento, y vaya si lo demostró. Dos años después de su desafortunado incidente, en la temporada 2000, el León mostraba sus garras culminando una exhibición que comenzó a casi 60 kilómetros a meta y llegando en solitario al velódromo de Roubaix por delante de su compatriota Van Petegem y donde mostraba su recuperada rodilla a todo el público asistente que enloquecía con la llegada del corredor de Mapei. 
Dos años después en 2002, Museeuw se hacía con su tercera Roubaix que junto a sus tres Tours de Flandes y al Campeonato del Mundo conseguido en Lugano en 1996 (entre otras importantes victorias) le convierten en uno de los grandes ciclistas de la historia moderna.           


martes, 7 de enero de 2014

SEAN KELLY: UN IRLANDES TRIUNFA EN LA VOLTA

Daniel Martin se convertía este año en el segundo irlandés en vencer la carrera decana del calendario nacional, Sean Kelly el magnifico clasicomano de los 80 fue el primero en conseguirlo y en dos ocasiones.


Procedente del verdor y los acantilados del rural sur de Irlanda con un temperamento arrollador en todos los sentidos y dotado de un poderío extraordinario para montar en bicicleta, surgía la figura de Sean Kelly. En 1977 emerge de lleno en el profesionalismo en el legendario conjunto Flandria y poco a poco se hace un importante hueco en el pelotón de los ciclistas más selectos de la época.




En septiembre de 1984 se presenta en Platja d’Aro, salida de la Volta a Catalunya , después de haber sido el dominador de la temporada venciendo en País Vasco, Paris-Roubaix y Lieja, además de su carrera fetiche la Paris-Niza, en la que consigue 7 triunfos en la general a lo largo de su espectacular trayectoria como profesional. En la Costa Brava se dan cita grandes nombres del deporte de la bicicleta como es el caso de Eric Caritoux, Pascal Simon, Millar  y los locales Lejarreta, Delgado, Arroyo o Pedro Muñoz. La primera etapa posterior al prologo, con final en Sant Boi de Llobregat, contaba con un recorrido rompepiernas con la ascensión al Tibidabo en la cual el pelotón iba a romperse en mil pedazos dejando cortados a algunos de los favoritos, sin embargo Sean Kelly aprovecha la oportunidad y vence en la línea de meta. 

Después de la tercera etapa y tras una escapada consentida, López Gonzalvo se hace con el liderato después de llegar la escapada a la meta de Tarrega con mucha ventaja. La cuarta jornada contaba con dos sectores de 138 y 93 km respectivamente, el primero de ellos con final en Barcelona fue a parar de igual manera a Sean Kelly, que repetiría en el sector de la tarde con llegada en Manresa,  por medio la subida a Montserrat y donde el potente irlandés se unía a un grupo de 8 ciclistas encabezados por el alicantino Belda dejando al líder por detrás fuera de combate. El balance final de los dos sectores fue el liderato para Sean Kelly.




Al día siguiente llegaba la etapa reina con final en el Alto de Puigmal dentro de un recorrido de 147 km, no excesivamente larga pero con dureza suficiente para decidir la carrera. La mala suerte se ceba con el líder irlandés que sufre un problema mecánico en las primeras rampas de la ascensión final al Puigmal y cede unos segundos con la cabeza de carrera. El corredor de Teka Pedro Muñoz (en la foto de abajo con maillot de Fagor) vence en solitario la etapa y se hace con el liderato por 19 segundos de ventaja a la espera de una contrarreloj que se iba a disputar dos días después en la localidad gerundense de Sant Pere de Roda para acabar de decidir la clasificación general de la ronda catalana. 
La crono de 18 km tenía como favorito a Kelly que cumplía el pronóstico consiguiendo la victoria por tan solo 19 segundos (la distancia que les separaba en la general) sobre Pedro Muñoz y dejando la general empatada a tiempos pero con el puestometro a favor del irlandés que vencía su primera Volta a Catalunya, esta vez la mala suerte fue para Muñoz.





Al año siguiente en 1985, Sean Kelly volvía a ser protagonista de la carrera finalizando con un segundo puesto en la general final a tan solo 3 segundos del escocés Robert Millar. En la etapa prologo en Llança, un perro se cruzo en el camino de Kelly poco antes de tomar la salida lo que le hizo perder unos valiosos segundos que probablemente le hubieran llevado al triunfo en la clasificación general. En 1986 volvía a su cita con la Volta adjudicándose la victoria final en el 75 aniversario de la ronda catalana además de la crono disputada en territorio de Cerdeña (L’Alguer). Hasta ocho victorias de etapa iba a conseguir el irlandés en su particular historia con la Volta a Catalunya, como particular fue su historia en el mundo del ciclismo de este grandísimo corredor.